Lote selección de vino tinto
• Loranque Tempranillo: es un vino frutal, de alta expresión y moderno. Creado para disfrutar del vino en todas las ocasiones, con la calidad y distinción de toda la gama por la que son conocidos todos los productos de Finca Loranque.
• Loranque Syrah: es el resultado de una apuesta por lanzar un vino moderno, de taninos suaves, redondo y voluptuoso. Un vino de enorme éxito en la gastronomía por su amplio recorrido con cualquier maridaje.
• Loranque Cabernet Sauvignon: en este vino se resumen las mejores propiedades que aporta la variedad Cabernet Sauvignon: alta expresión, taninos vigorosos, franqueza y largo postgusto. Cultivado con mimo en las mejores parcelas de nuestros viñedos y vendimiado a mano en el momento óptimo de maduración, este monovarietal seducirá tanto por su potencia como por su finura.
• Loranque Cencibel: elaborado exclusivamente con uvas de la parcela del Valle de la República, que por sus características de suelo y microclima produce unas uvas con una gran personalidad. Cepas de cerca de 20 años, plantadas en poco más de dos hectáreas de terreno seleccionado por el enólogo, tomando en cuenta aspectos como la orientación, características edafológicas de los suelos y limitación de rendimientos.
• Loranque Syrah - Tempranillo: es el resultado de la unión de la mejor enología y la personalidad de un terruño único, donde existen viñas desde el siglo XI. Para su elaboración se han ensamblado dos variedades que unidas hacen un vino excepcional: Syrah -con una adaptación espectacular en esta zona de España- y Tempranillo, la uva autóctona por excelencia y la que mayor calidad ha demostrado.
• Loranque El Grande: una añada de temperaturas y lluvias en invierno ligeramente superiores a la media en la zona, mientras que la primavera fue muy cálida y sin heladas por lo que el crecimiento vegetativo fue vigoroso, aunque la presencia de racimos ya se intuía inferior a la de la cosecha anterior. El verano resultó ligeramente más cálido de lo habitual, con un mes de junio extremadamente cálido. En todo el verano no hubo olas de calor, y las temperaturas más altas se registraron en la segunda semana de julio. Respecto a las precipitaciones, se trató de un verano ligeramente más seco de lo habitual. Estas condiciones llevaron a limitar el tanto el crecimiento vegetativo, como los procesos relacionados con la multiplicación y crecimiento celular de las bayas, limitando consecuentemente el tamaño final de las mismas. Todos estos condicionantes provocaron una cosecha inferior en un 20% a la anterior, debido por un lado al menor número de racimos y por otro a bayas ligeramente más pequeñas. Pero con una calidad excepcional.
Elaborado por Finca Loranque, S.L.